ANTINOMIA
ANTINOMIA
No lo digo por mi, desde que el carro
del amor me tiró del centro del universo
de arco iris de racimos de galaxias,
me desperté un verano
en que todos los astros
hacíamos el amor con el sol meridiano,
y tuve la felicidad frente al espejo:
No soy Europa, una de las cinco lunas de Júpiter,
ni estoy lloriqueando de frió
más allá del `cuasi planeta Segna.
Un día los planetas más jóvenes
de esta pequeña estrella de suburbio
fuimos declarados viejevos, candidatos
perpetuos a ser viejóvenes,
momias egipcias empobrecidas,
porque los jóvenes mundo de ilusiones
que se formaban para ocupar su reniñez
de astros de sueños de arco iris de ámbar
con millones de años aprisionando
el último vuelo de la mariposa del amor
de todos, aun no gustan tanto del fruto
del árbol de las ciencias,
y aceptamos con resignación la dura verdad :
los jóvenes seguimos siendo nosotros
en medio del polvo de todos
los caminos de los sueños.
Y esta es la razón
por la que el mundo dejó de ser feliz,
ni los ángeles de la felicidad
habitan ya la tierra.
Yo, por mi parte, sólo aspiro a ser
la nube de fuego que empuja
el carro del gran Dios por todo el Universo.
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